Los caminos se cruzaron, sí, secruzaron... Y grazias a que permanecieron juntos ella descrubrió que los deseos a las estrellas fugaces se cumplen. Había pedido su mirada, sus carícias y un poco de sentido a su vida. Ahora tiene eso y muhco más. No sabe que pidió él en aquellas noches del sur pero, por sus besos, siente que esos días dieron un giro completo a sus vidas. Y, en este momento, de la misma manera que sabe que las estrellas fugaces son la clave de todo, sabe que no existen bosques sin hadas ni sonrisas que no lleven su nombre.
Grazias, por enseñarme que la realidad puede superar a la ficción.
Te quiero.
Claire.
Sant Jordi 2009